¿Porqué hacerse una limpieza facial?
Cuidarse la piel no es un lujo, es una necesidad. Nuestro rostro está expuesto a diario a la polución, el maquillaje, la grasa natural y otros agentes que se acumulan y provocan poros obstruidos, piel apagada y envejecimiento prematuro. Una limpieza facial básica es la forma más sencilla y efectiva de prevenir estos problemas y mantener la piel fresca y saludable.
Cuando debo hacerme una limpieza
Este tratamiento sirve para eliminar suavemente las impurezas superficiales, restos de maquillaje, exceso de grasa y células muertas, dejando la piel más receptiva a los tratamientos y cremas que uses después. Está recomendado para todo tipo de pieles, tanto jóvenes como maduras, y es especialmente útil para quienes buscan un mantenimiento regular sin necesidad de un tratamiento más intensivo.
Que voy a notar
Entre sus beneficios destacan la mejora inmediata de la textura y luminosidad, la sensación de frescor, la prevención de imperfecciones y el equilibrio del nivel de hidratación. Además, ayuda a que el maquillaje se asiente mejor y a que los productos cosméticos penetren con mayor eficacia.
Cada cuanto…
La frecuencia ideal para una limpieza facial básica es una vez al mes, aunque en pieles con tendencia grasa o expuestas a ambientes con mucha polución puede ser recomendable cada dos o tres semanas. Es la forma perfecta de mantener los resultados entre limpiezas profundas o como un hábito de cuidado continuo para tu piel.
La limpieza facial es la base para una piel sana, pero sus beneficios se potencian al combinarla con tratamientos como Indiba o la radiofrecuencia, que estimulan el colágeno, mejoran la firmeza y aportan luminosidad extra. Así consigues un cuidado más completo y resultados visibles desde las primeras sesiones.
Ver recomendaciones